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sábado, 3 de abril de 2010

El árbitro que necesita el baloncesto de hoy

Lunes, 15 de Febrero de 2010 20:02

Miguel Ángel Pérez Niz - Francisco Javier Afonso Castillo

Generalmente se comenta, y no sin razón, que aquel que no tiene una pizca de ambición o la pone en sus actividades tanto laborales como deportivas, no aparenta tener proyecciones de futuro; y en el arbitraje suele ocurrir. El error está en que cuando no se consigue un objetivo deseado nos sentimos frustrados, y este sentimiento nos invade y lo hacemos patente en nuestra forma de arbitrar. Cuando estamos inmersos en el inicio de una nueva temporada sería bueno recordar ciertos caracteres y matices para diferenciar a un buen árbitro que no se deja arrastrar por la falta de ambición:
Confianza en nosotros mismos
La mayoría de las veces es un elemento que juega en nuestra contra, pues arriesgamos innecesariamente hasta un límite, sin saber a ciencia cierta los recursos de los que disponemos.
Mejoras en las instalaciones
Nos encontramos con buenas instalaciones deportivas en las que, por regla general, es muy cómodo arbitrar y, sin embargo, nos relajamos inusualmente.
Entrenadores preparados
Los entrenadores demuestran tener una mejor preparación y conocimientos de las reglas de juego, lo que les permite el uso de tácticas desestabilizadoras, que muchas veces no sabemos evitar.
Todos los partidos merecen el mejor arbitraje
Por ello, es positivo acertar plenamente el medio de conducción del mismo.
Preparación psicológica
Muchos árbitros hacen alardes de preparación físico, pero ¿Estamos preparados psicológicamente para el desgaste que supone un partido?


Confianza
El equipo arbitral tiene que demostrar desde un primer momento que existe confianza, es un trabajo de dos árbitros con la colaboración de los oficiales de mesa.
Serenidad
Tenemos que aparentar serenidad, y evitar el reflejar con los gestos de la cara un estado emocional determinado.
Sana ambición por mejorar
Se ha de procurar no caer en la desidia de arbitrar por arbitrar, ya que he alcanzado una meta: lo difícil es mantenerse.
Elegancia del cisne
Se ha hablado muchas veces de la "elegancia del cisne", el árbitro debe demostrar flexibilidad en los gestos, mantener posturas adecuadas, su colocación no tiene matices abruptos,...
Contactos incidentales
Metidos de lleno en el devenir del partido, hay que tener muy claro que el público paga por ver un espectáculo que cuando menos interrupciones tenga, mejor: sancionar sólo lo que influya en el juego.
Buenas colocaciones
Si no estamos bien colocados, difícilmente podremos juzgar una acción que no hemos visto con claridad.
Inventar situaciones

Cuando estamos un periodo de tiempo sin intervenir en el partido, inventamos situaciones para ganar protagonismo y para demostrar que estamos allí; esta idea hay que desecharla de la imaginación.
Impulso del instinto
En ocasiones hay que reprimir el impulso del instinto, que nos lleva a tomar decisiones erróneas, y en otros casos a cobrar el deseo de cancelar deudas con jugadores o entrenadores como si de un ajuste de cuentas se tratase. Después de haber tomado una decisión, hemos de borrar de inmediato esa sensación de nuestra imaginación y volvernos a centrar en la próxima situación que ocurra.
Mantener siempre el autocontrol
No debemos permitir que nadie intente dirigir nuestra forma de actuar: hemos tomado una responsabilidad y con ella llegaremos al final.
Sencillez
En todas las situaciones hay que actuar con sencillez y bondad manteniendo u grado supremo de autocontrol básico para llevar a buen fin el partido.
Buenas personas
Quien quiera ser buen árbitro, antes debe ser buena persona y poseer también un buen carácter, un buen afianzamiento en las reglas de juego, estar siempre abiertos a las sugerencias tanto de los técnicos de arbitraje como de los propios compañeros, mantener una preparación adecuada (físicamente hablando), y actuar siempre con mucha astucia, que es la base de una buena experiencia.
Análisis final
Cuando acabe el partido, hacer un análisis realista y objetivo basado en nuestra conciencia, sin que nos preocupe el porvenir de un futuro que se hace presente en otro partido, que merece todo nuestro interés y dedicación.
Como final se detallarán los factores que, interrelacionados, resume nuestro arbitraje:
Factores deportivos-arbítrales

•Condición física
•Código de juego
•Cooperación
•Conocimiento del juego
•Conocimiento mecánica arbitral
•Conocimiento psicológico
Factores personales

•Factor X: Talento natural
•Factor Y: Actitud
•Factor Z: Suerte

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