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sábado, 16 de abril de 2011

Destrezas psicológicas en el entrenamiento de baloncesto



Destrezas Psicológicas en el entrenamiento del árbitro de baloncesto



Los árbitros del baloncesto son participantes activos en un juego caracterizado por niveles altos de velocidad, de fuerza, de habilidades, y de estrategias así como de emociones. Su función consiste en asegurar que el juego se juegue con justicia, dentro del espíritu y la intención de las reglas. Esto constituye un trabajo muy exigente porque los árbitros no sólo deben tomar decisiones constantemente en situaciones que suceden en un abrir y cerrar de ojos, pero también deben estar enterados y tratar una serie de informaciones necesarias para manejar el juego
adecuadamente. Los árbitros deben realizar una tarea muy compleja mientras intervienen lo menos posible con el desafío. Un mal arbitraje, o aun más la mera percepción de ello en la mente de los participantes, distrae del juego y causa un giro de la atención de los jugadores hacía los árbitros. Los árbitros no deben ser el centro de atención. Decisiones equivocadas son obviamente una fuente de irritación para los jugadores, entrenadores y fanáticos. Sin embargo, la imagen proyectada por los árbitros en la cancha es tan importante como la calidad de sus decisiones. Frecuentemente, las situaciones no son tan claras como deberían, por lo tanto la habilidad de los árbitros para vender sus decisiones llega a ser un factor supremo. Los árbitros, que ya han establecido una credibilidad sólida ante los ojos de los jugadores y entrenadores, tendrán menos problemas convenciendo a todos que sus decisiones son correctas en situaciones discutibles. La credibilidad es lograda:
.- trabajando duro,
.- tomando las decisiones correctas,
.- evitando errores en el manejo del juego, .- manteniendo el nivel apropiado de emoción, y
.- manejando situaciones difíciles con aplomo, confianza y profesionalidad.
Los árbitros competentes no nacen. Adquirir las competencias necesarias para arbitrar es atribuido en gran parte a la calidad de los programas de entrenamiento a que son sometidos los árbitros. Tales programas deben proporcionar oportunidades :
.- para adquirir un conocimiento y entendimiento completo de las reglas y su interpretación
.- para saber que es que los jugadores pueden o no pueden hacer,
.- para aprender y practicar la mecánica en la cancha para tener la posición adecuada para ver la acción y para comunicar sus decisiones claramente, y
.- para lograr un alto nivel de aptitud físico para mantenerse al mismo ritmo de los jugadores y de sus movimientos rápidos.

Estos elementos generalmente son cubiertos adecuadamente en los campus y clinicas de entrenamiento. Sin embargo, otras calidades personales y habilidades específicas son requeridas.

.- Los buenos árbitros poseen una imagen positiva de sí mismo y un nivel alto de confianza.
.- Mantienen el nivel apropiado de concentración durante el juego.
.- Están preparados para enfrentarse a lo impredecible y para actuar de manera preventiva para poder evitar titubeos y prevenir errores que puedan llegar a ser irritantes e interfieran con la conducción tranquila del juego.


Las áreas donde habilidades psicológicas fuertes son necesarias:

1. Concentración y conciencia del juego o Además de su responsabilidad primaria de observar el juego y detectar infracciones instantáneamente, los árbitros deben estar atentos a factores tales como:
- i. la posesión de la flecha,
- ii. el cronometro del juego,
- iii. el reloj de 24 segundos,
- iv. el número de faltas de equipo y los tiempos muertos computables.
Mientras éstos están bajo la responsabilidad de los oficiales de mesa, el árbitro y su(s) compañero(s) tendrán que, en última instancia, resolver cualquiera desacierto o errores cometidos en estas áreas. Tener el conocimiento definido de lo que pasa es esencial para los árbitros en la cancha. o En todas las situaciones de faltas, los árbitros deben ser capaces de identificar y recordar al jugador contra quien la falta fue cometido. Crear este hábito evitará, por ejemplo, el titubeo o que aun se envié un jugador equivocado a la línea cuando se alcance el límite de faltas de equipo. o Entendimiento de las estrategias ofensivas y defensivas básicas utilizadas por cualquier equipo y reconociendo características individuales de jugadores (de mano derecha o zurda, lanzador a distancia, movimiento de pie en fintas y penetraciones hacia el cesto, etc.) ayudará a anticipar jugadas y estar listo cuándo estas situaciones se desarrollen. o Los árbitros deben ser capaces de bloquear las señales o situaciones no pertinentes (visual o auditivo) tales como los ruidos de la multitud y pensamientos internos que pueden competir con información pertinente y distraer la atención. La falta de concentración es probablemente la más importante fuente de errores cometidos por los árbitros durante el juego. La adquisición de las habilidades que favorezcan el mantenimiento del enfoque y la atención deberán ser, por lo tanto, la preocupación principal en los programas de entrenamiento para árbitros.

2. La motivación y el nivel de activación o La motivación determina la intensidad
de los esfuerzos desplegados en la realización de una tarea y en perseguir la participación en una actividad particular. Los árbitros deben aprender a ponerse metas y desarrollar las estrategias que permiten que alcancen el nivel apropiado de activación y mantener el interés en el arbitraje.

3. Manejo del estrés y el control emocional o El trabajo de los árbitros está sujeto al escrutinio constante por una variedad de personas: jugadores, entrenadores, supervisores, fanáticos.
Todos tienen un cierto grado de temor al fracaso. La probabilidad de cometer errores y ser percibido como fracasado provoca varios grados de ansiedad en las personas que pueden dañar su desempeño y su disfrute. Los árbitros de baloncesto deben aprender y practicar las técnicas del manejo del estrés y la relajación. o Los participantes a menudo reaccionan a las decisiones tomadas por los árbitros y expresan su desacuerdo con estas. Los árbitros deben reducir
sus sentimientos de frustración y enfado causadas por personas que no están de acuerdo con sus decisiones, especialmente cuando los árbitros están seguro que su decisión era correcta. o Ningún árbitro está exento de fallar una jugada. Los árbitros primero deben aceptar sus malas decisiones sin tratar de encubrirlas, y aprender a tratar con el resto de los participantes sin perder su confianza y sentirse incompetente.
4. Comunicación o Comunicación formal en el arbitraje del baloncesto depende principalmente del uso de las señales adecuadas y comunicación verbal. Pero hay un aspecto informal de comunicación que es por lo menos tan importante como la parte formal. Mientras en la cancha, los árbitros se están comunicando constantemente por un lenguaje no verbal, la postura, las expresiones faciales, los movimientos se perciben y son interpretados, y, por lo tanto, son instrumentos poderosos de comunicación. Los árbitros deben ser sensibles en este aspecto importante y aprender como explotar las habilidades no verbales de comunicación para aumentar su credibilidad y para obtener el respeto que ellos necesitan de los participantes.


La importancia de una preparación adecuada En su excelente libro [Psicología del arbitraje] publicado hace más de una década, Weinberg y Richardson acentúan las demandas mentales del arbitraje del deporte; de hecho, árbitros veteranos afirman que el manejo de las habilidades psicológicas responde a un 50%-70% del éxito del árbitro. De la misma manera, los supervisores de los árbitros en varios deportes profesionales; que asignan y evalúan el trabajo de los árbitros, acentúan la consistencia, la justicia, la fortaleza mental, la toma de decisiones rápidas y acertadas, y la tranquilidad como las ventajas más importantes para buenos árbitros; así, parece extraño que los campos y las clínicas de entrenamiento acentúan las técnicas físicas, interpretación de reglas, ropa apropiada, y pruebas escritas y prácticas.
¿Si los árbitros y supervisores concuerdan que el aspecto mental del arbitraje es crítico para el éxito personal, por qué se le da tan poco tiempo y énfasis en el desarrollo y prácticas de las habilidades psicológicas? El motivo principal es la mala concepción de que las habilidades psicológicas son innatas: O usted las tiene o usted no las tiene. De hecho, así como las habilidades físicas se pueden afinar, así también las habilidades psicológicas. Los árbitros eficaces no nacen
con un conjunto completo de habilidades psicológicas. Sino, su habilidad de concentrar, relajarse bajo presión, mantener la confianza, y relacionar con los otros miembros del equipo de arbitraje es practicado de forma sistemática y repetidas.
La instrucción básica en la adquisición de habilidad mental: una necesidad En un artículo publicado en la revista FIBA Assist, el presente autor sugirió áreas de preparación mental en las cuales los árbitros pueden desarrollar su nivel de competencia. Estas incluyen concentración, manejo del la ansiedad, motivación, comunicación, control emocional. El presente artículo trata de ilustrar la necesidad de entrenamiento en estas áreas al referirse a situaciones específicas. No
hace muchos años, los atletas eran reacios, si no totalmente ignorante, cuando se confrontaban con entrenamientos de las habilidades psicológicas. Hoy en día, la preparación mental es una parte integral de cada programa atlético serio. No hay un solo atleta eminente que niegue su importancia. Para que puedan trabajar los métodos de entrenamiento psicológicas, el primer requisito es creer en los beneficios que uno puede lograr con su implementación. Debe haber un
compromiso de aprender las técnicas y de practicarlas regularmente. Con esto, y sólo entonces, llega a ser pertinente para incluir las instrucciones básicas en la adquisición de las habilidades psicológicas en los programas de entrenamiento de árbitros.

jueves, 14 de abril de 2011

Kobe multado por insultar a los árbitros


NBA ha multado al jugador de baloncesto estadounidense Kobe Bryant con 100.000 dólares (aproximadamente 69.000 euros) por insultar a un árbitro que lo amonestó con una falta. El escolta de Los Angeles Lakers ha anunciado que recurrirá esta decisión.

Los hechos ocurrieron el pasado martes. En un momento del partido contra los San Antonio Spurs, el jugador le pegó un puñetazo a una silla en la línea de banda, tras lo cual el colegiado le indicó la amonestación. Bryant se dirigió a él llamándolo a gritos “faggot” (“maricón”).

El miércoles por la tarde, Bryant declaró que dijo no debería ser tomado literalmente. “Mis acciones fueron fruto de la frustración al calor del juego. Las palabras expresadas NO reflejan mis sentimientos hacia la comunidad de gays y lesbianas y NO pretendían ofender a nadie“, manifestó en un comunicado. Poco después se tomó la decisión de sancionarlo. Según el comisionado de la NBA David Stern, las acciones de Bryant fueron “ofensivas e inexcusables“. “Aunque soy consciente de que el baloncesto es un juego emocional, un término tan de mal gusto no debe ser tolerado nunca“, añadió.

El jugador confirmó el mismo miércoles que recurriría la sentencia, refiriéndose a este hecho como el “protocolo habitual“. En una entrevista añadió que se preocupa “por aquellos que siguen lo que digo y les inspira mi forma de jugar o me consideran un modelo a seguir o lo que sea, para que no tomen lo que dije como un mensaje de odio o una licencia para degradar, avergonzar o burlarse“.

Las reacciones han sido numerosas, pero destacamos la del jugador de rugby inglés Ben Cohen, conocido para nuestros lectores, quien ha declarado sentirse decepcionado con Bryant y espera que se produzca una disculpa en toda regla. Cohen declaró que “como atleta profesional y campeón de la Copa del Mundo de rugby, entiendo el calor y la pasión de la competición a los más altos niveles. Pero debemos recordar todos que los cuerpos fuertes deben ser compensados con caracteres fuertes y trabajar para ese fin. Nuestro estatus como modelos de conducta lo exige“.

Por su parte, la Alianza Gay y Lésbica contra la Difamación (GLAAD) se ha felicitado por la sanción y ha declarado, en un comunicado de su presidente Jarrett Barrios, que la NBA “ha mandado un mensaje claro a los seguidores del deporte en cualquier lugar de que los comentarios infamantes no tienen sitio en el juego“. “Esta decisión“, añadió, “sentará un importante precedente que ayudará a asegurar un entorno más seguro e inclusivo para los seguidores y jugadores de todo el mundo“.

ARBITRAJE MODERNO


El básquetbol moderno es una combinación armoniosa, abarcando una velocidad fulgurante en las acciones, unas cualidades atléticas excelentes y una técnica depurada. Es lógico que el desarrollo del juego esté estrechamente vinculado al arbitraje, pues son precisamente los árbitros quienes hacen posible la aplicación del espíritu del básquetbol actual en las canchas de juego. En consecuencia, cuando se habla del básquetbol moderno es preciso evocar el término de arbitraje moderno. Algunos especialistas competentes opinan, equivocadamente que el arbitraje moderno representa una categoría de técnicos completamente nueva, que difiere en todo de las leyes y normas del arbitraje clásico. Por el contrario, la diferencia esencial es que determinados elementos constitutivos del arbitraje que antes tenían un carácter menos transcendentes y fundamentales, hoy han adquirido una importancia primordial. Existen asimismo algunas facetas más modernas en determinadas técnicas del juego que deben ser observadas por los árbitros para llegar a tomar una decisión lógica y adecuada. Intentaremos a continuación, esquematizar los más importantes de estos nuevos conceptos y exigencias.

CONDICIÓN FISICA DE LOS ARBITROS: la dinámica del juego y las cualidades atléticas de los jugadores son las causas principales de la acrecentada potencia del básquetbol moderno. La rapidez de las acciones y la participación en las mismas de variaos jugadores acarrean, a menudo, unas faltas en cadena que se suceden a veces, con una diferencia de una fracción de un segundo. Para sancionar la primera de estas faltas, es necesario que el silbato del árbitro sea instantáneo. Pero para seguir lo más cerca posible, el árbitro también tiene que correr velozmente y, en algunos casos, debería incluso hacerlo con más rapidez que los propios jugadores; en consecuencia, debe poseer las mismas cualidades físicas y la misma resistencia. Una insuficiente movilidad provoca, a menudo, incluso en los árbitros veteranos, unas decisiones basadas en la presunción. Frecuentemente presenciamos casos en los que una sanción impuesta por el árbitro, incluso muy justa, pero señalada desde lejos del sitio donde se produjo, acarrea unas protestas espontáneas de parte de jugadores y espectadores. Una distracción, incluso momentánea, de la atención, puede repercutir de modo negativo en el resultado final. La capacidad de concentración disminuye considerablemente desde el momento de la aparición de los primeros síntomas de cansancio físico. Es entonces cuando las omisiones y las decisiones erróneas se hacen más frecuentemente. Lo mismo acontece para con los reflejos condicionados del árbitro. El desarrollo de este proceso puede ser considerablemente frenado por determinados factores que, incluso, pueden interrumpir la continuidad de sus fases consecutivas. Entre estos factores, mencionaremos:

1) el cansancio físico
2) una discusión con un jugador, entrenador, etc.
3) una sobreexcitación nerviosa provocada por los gritos de un público desencadenado y vociferante.
4) una comida copiosa o cierta cantidad de alcohol consumidas antes del juego.
5) un sueño profundo interrumpido muy poco tiempo antes del comienzo del partido.
6) problemas personales de diferente índole, etc.

En consecuencia un árbitro cansado se percata de una determinada falta cometida por un jugador, pero hasta el momento en que la contracción de sus músculos da paso al silbido, una nueva falta acaece, etc. A menudo presenciamos encuentros en los que los árbitros, cansados y jadeantes, se ven rebasados por el ritmo del juego dinámico. Por lo tanto tendremos un arbitraje desigual, al comienzo preciso y estricto; pasivo y vacilante hacia el final; precisamente en los momentos decisivos, cuando una o dos omisiones consecutivas hacen que el básquetbol degenere en rugby y pueden resultar fatídicas para el resultado final.
Incluso el mejor árbitro no está en condiciones de responder a las exigencias del básquetbol actual si quiere arbitrar sin una preparación física sistemática. Si insistimos tanto en la preparación física, es porque es la base fundamental de todos los demás elementos que componen la estructura de un buen arbitraje. El ritmo y las antiguas reglas permitían a árbitros dirigir el juego, durante largos períodos desde una posición estática. Podemos citar como ejemplo clásico la final de los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952 entre Estados Unidos y La Unión soviética, cuando transcurrieron más de 12 minutos sin que se produjera ninguna acción ofensiva ni defensiva de parte de ninguno de los dos equipos. El árbitro debe hacer precalentamiento durante 10 a 15 minutos antes del partido pues ello le permitirá comenzar el encuentro bien preparado para los futuros esfuerzos y mantener el ritmo ideal.